Het Rasphuis
La prisión del Pau-Brasil

Lodewijk Hulsman

En un shopping de Amsterdam, un portón del siglo 16, es el vestigio del presidio  que servia como fábrica de colorantes de Pau-Brasil contrabandeado.   

Visitando la ciudad de Amsterdam, un turista entra accidentalmente en el shopping Kalvertoren, enclavado en el ojo de la herradura que forma el centro antiguo de la ciudad, próximo a la torre del Munt (moneda).  Al salir para el Heiligeweg, mirando para atrás percibe un viejo portón del siglo XVI integrado en la arquitectura moderna del Shopping, por el cual pasó casi sin darse cuenta.
Los ancianos de Amsterdam recuerdan este lugar como la piscina del Heiligeweg.
Encima del portón, le llama la atención al turista tres figuras: una mujer, con el escudo de la ciudad de Amsterdam y un chicote, ladeado por dos hombres encadenados. Sobre la fachada, dos frases en latín: castigatio e virtudis est domare quae cuncti pavent, lo que en español significa: castigo y virtud es domar lo que todos temen.
El portón tiene una elegancia donde se ve la mano de un gran arquitecto. El es lo que resta del complejo del viejo monasterio de las hermanas Clarissas, el cual fue demolido en el año 1895 para la construcción de la piscina pública, la que hace algunos años, cedió lugar al Shopping.
El turista no es el primer extranjero que visita este viejo lugar, muchos visitantes comentaron sobre la Rasphuis ( La casa de raspado), o Tuchthuis, nombre oficial.
Este prestigioso portón fue testigo del valor que la oligarquia, los Regenten, les daban a éste, el cual ya fue un proyecto penal. El arquitecto fue el famoso de Keyser, y se dice que Hooft –entonces prefecto de Amsterdam y una de las figuras más conocidas de la literatura de los Paises Bajos de aquella época-  escogió personalmente el texto de Séneca para decorar la entrada de la casa de reforma.  La Rasphuis que inició sus actividades en el año 1596, fue una de las primeras casas de reforma en el mundo y es el prototipo de las instituciones penitenciarias encontradas en el presente. Al final del siglo XVI, todas las grandes ciudades en los Paises Bajos comenzaron a enfrentar problemas sociales, causados por los emigrantes, que llegaron a formar mas del 60% de la población de algunas ciudades. Una pequeña onda de criminalidad y una constante presencia de mendigos y mercaderes, amenazaban a los ciudadanos.
El pensamiento de Erasmus de Rotterdam,  inspiró al filósofo Coornhert a escribir un libro sobre criminología, llamado Boeventucht (diciplina del ladrón), publicado en el año 1588.
En este texto, Coornhert conceptualizó la conexión entre trabajo y prisión, lo que hoy en dia es tan común, y desenvolvió la idea de que la punición a los delincuentes deberia tener una utilidad para la sociedad.
Hacía poco tiempo que la ciudad de Amsterdam se había declarado protestante. Las ideas de Coornhert agradaron a los Regenten (dirigentes) con un proyecto, en el nuevo espíritu de humanismo y calvinismo que entonces soplaba en la ciudad. Las ideas de Coornhert sobre la reeducación  de los criminales para una vida productiva, en vez de tortura, parecían una solución interesante, pero, a mediados del siglo XVI, sobrevino una crisis económica general en toda Europa,  y las comunidades no pudieron sustentar más las instituciones penitenciarias.
La Rasphuis, fue entonces proyectada como una empresa independiente con la intención de generar lucros, muy de acuerdo con un dicho popular de esa época, “Dios ayuda a aquel que se ayuda a si mismo”.  Dos Regenten, Jan Lourensz Spiegel y el Dr. Sebastiaen Egbertz, se destacaron como los principales pioneros y estimuladores del proyecto, y en 1596, el primero Tichthuis abrió sus puertas en el lugar del monasterio, el cual habia quedado vacío después de la expulsión de la ciudad de la iglesia católica.
El lugar era apropiado a la función de la nueva institución en la vida económica de Amsterdam. La imagen que está abajo del texto en el portón, nos indica esta función. En esta imagen, vemos un carro tirado por tres tigres y tres leones, domados con una figura con chicote.
Arriba del carro, vemos troncos de madera y ralladores. La madera es Pau-Brasil, y los ralladores sirven para reducirla a polvo, necesario  éste, para la producción del colorante llamado brasilina.   
La brasilina era conocida en Europa desde el siglo XXII.  La primera importación llegó de Asia
por el Oriente Medio, y la madera tomó varios nombres como: Verzino, Pressilig y Brasil.
La madera que vino de Asia, después, fue llamada de Sappa.
La palabra Brasil, ya constaba en el año 1400, en el libro de las reglas municipales (Keurenboek) de Amsterdam.  La prefectura había ordenado, en este año, para los tintoreros, usar por lo menos tres libras (en peso) de esta madera para teñir un laken (una tela específica de alta calidad).  El  Pau-Brasil era un colorante rojo, y en aquel tiempo, el más caro de todos los colores.  Amsterdam era una de las pocas ciudades que poseía una industria de tintoreros sin tener producción de telas. Esta industria que teñía telas importadas era llamada de apretise.
El colorante era usado por los tintoreros, artesanos y  pintores artísticos. La producción de tinta era una actividad  individual y las recetas de las tintas eran secretos que valían mucho dinero, como atestiguan varios contratos en el keurenboek, para enseñar a preparar ciertas recetas de tintas.
El descubrimiento de la tierra Brasil sucederia en un momento muy oportuno: la conquista de Byzantium por los turcos, en 1453, cortaba la via de importación del  Pau-Brasil asiático, y la industria de tejidos de Flandes se volvió el mejor cliente de Portugal. Después de la destrucción de Antwerpen, en el año 1572, comenzó un éxodo de los protestantes flamencos.
El año 1590 es considerado como el comienzo de la expansión de la sociedad de los Paises Bajos. La industria de telas recibió una inyección de especialistas y de ideas llegadas con los emigrantes. Comenzó una nueva producción de telas y la ciudad de Leiden, a 30 km de Amsterdam, se convirtió rápidamente en un centro de telas de alta calidad, creando una constante demanda de colorantes. La exportación de Pau-Brasil del Brasil via Portugal para Flandes, que ya era hecha en gran parte por los barcos de la República, fue cada vez más dirigida para los Paises Bajos. La importancia del Pau-Brasil en Amsterdam creció después de 1590 y en los archivos notariales, se encuentran testimonios de las tentativas de los negociantes buscando importar la madera directamente de Pernambuco, sin respetar las reglas impuestas por la corona de Portugal. La Caesalpinia Echinata de Pernambuco daba tres veces mas colorantes que la madera sappan  y era conocida por lo holandeses como Fernambuc.
Cuando los Regenten de Amsterdam procuraban actividades para los presos, las buscaban principalmente dentro del área de producción de telas. La producción de los colorantes, era entonces,  hecha por los tintoreros. El Pau-Brasil era una madera de alta densidad, que hacía del proceso de beneficiamiento una tarea penosa. Cuanto más fina era rallada la madera, más colorante producía en la infusión con el agua y el polvo.
Los presos no precisaban caminar, o lo podían hacer encadenados en el lugar, lo que facilitaba
la supervisión, y la invención de un nuevo tipo de instrumento del raspado (rasp) de la madera  que pasó a producir un polvo más fino, completó el plano empresarial que parecía estar destinado para el éxito económico..
El número de presos aumentó rápido, de 12 en 1596, para más de 100 en el comienzo del siglo XVII.  Panfletos de la época exaltaban la influencia bendita de “San Raspius”, ayudado  por “San Ponus”.  Los mendigos y vagabundos eran forzados a trabajar, si fuera necesario a bastonazos (San Ponus).  La Rasphuis probó también una solución para combatir a los desidentes, como los Jesuitas. Una tercera categoría de trabajadores eran los niños rebeldes que eran internados por los propios padres para diciplinarlos.
Muchos visitantes de los Paises Bajos y otros paises como Bélgica, Francia y Alemania escribieron sobre esta novedad. Muchas casas de reforma, modeladas a partir del ejemplo de Amsterdam, abrieron sus puertas en otras ciudades como Haarlem y Leiden, y en el exterior en 1612, en Amberes, Hamburgo, Bremen, Copenhage, Dantzig y Varsovia.
Para garantir la rentabilidad de la nueva institución, el consejo municipal de Amsterdam concedió el monopolio comercial de la producción del raspado del Pau-Brasil a las Rasphuis.
A los contraventores les estaba reservada la pena de ser presos en la propia Rasphuis.
El monopolio y su pena fueron extendidos para la provincias de Holanda y West Frisia, en el año de 1602, por el gobierno de estas provincias.
El local de la Rasphuis en la Heligeweg, en Amsterdam, estaba muy cerca de los grandes centros de telas de la ciudad. Detrás estaba situado el muelle de Rouen. De esta ciudad francesa se importó el Pau-Brasil para los Paises Bajos desde el primer viaje del capitán Gonneville para el Brasil, en el año 1503.
Del otro lado de la torre del Munt, encontramos la Staalstraat, la calle de las muestras, donde era controlada la calidad y el color de las telas, y  también el Groenburgwal donde se situaban varias empresas de tintoreria.
Mientras tanto el suceso económico nunca se realizaba. Ya en el año de la publicación del libro de Coornhert, Albert de Veer pidió una patente para un molino para quebrar el Pao-Brasil.
Alrededor del año 1600, el molino de tinta, patentado por Cornelis Corneliszoon, ya era capaz de producir un polvo mucho más fino, que el que conseguian hacer los presos.
La gerencia del Rasphuis  comenzó entónces una batalla que iría a durar casi 200 años, exigiendo el respeto forzado al monopolio. Los molinos de Pau-Brasil fueron extintos de Amsterdam. Mientras tanto un poco más al norte, en Zaanstreek, ya existia el mayor parque de molinos del mundo de aquella época. Fue para allí donde se dirigieron los productores de telas para moler su madera de tinta, que, ya no solo era Pau-Brasil, sino también campeche, brasiletto y muchas otras más. 
Después de 1656, la Rasphuis comenzó también a explotar un molino, adornado con una escultura de dos hombres rallando, en el lugar donde hoy está el teatro Carré, pero no pudo revertir la batalla.  Cada vez más la Rasphuis quedaba al margen de la economía.
Con la llegada de la lesgislación napoleónica, se acabó el poder del municipio para detener delincuentes y la Rasphuis se volvió una casa de detención común, hasta que, demolida en el año 1895, fue sustituida por la piscina de la cual los ancianos habitantes de Amsterdam todavía se acuerdan.
Solamente quedó el portón, como un símbolo de la relación entre Brasil y los Paises Bajos, que comenzó con la importación de madera Pau-Brasil para la industria de telas, una de las fundadoras de la sociedad proto-industrial y capitalista de la República de las siete provincias en el siglo XVII. Un símbolo de un pasado grandemente olvidado, pues, infelizmente, no existen estudios sobre la gran importación de madera de tinta del Brasil para los Paises Bajos, que comenzó en el inicio del siglo XVI y resistió hasta el comienzo del siglo 20.

 

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Lodewijk  Hulsman es historiador, sociólogo e pesquisador de la
cultura brasilera en la Universidad de Amsterdam.