Fernando Silva

UN TRABAJO COMPLETO

CUENTO (Inédito)

Ángel estaba muy tranquilo en su casa cuando lo llamaron por teléfono. Su oficio de
electricista y buen operario, hacía que siempre lo buscaran para ofrecerle trabajos importantes. Del otro lado de la línea, una voz femenina solicitaba el presupuesto por un cambio de instalación eléctrica en su casa. Con la dirección anotada se dirigió a la entrevista Realmente se trataba de una mansión. Lo atendió una mujer relativamente joven, quien lo hizo pasar a una pequeña sala. No se sentó. Por la ventana observó el jardín bien cuidado, con grandes parterres de flores que le daban un hermoso aspecto.

-Buenos días.

La persona que entró, era la dueña de casa. Ángel se dio vuelta y respondió el saludo.

-Tengo buenas referencias suyas como persona de confianza y que sabe trabajar bien Por ello lo cité. Ya termina el verano y me vuelvo a la capital. Hay un sector de la casa, que ahora le voy a mostrar, al que se le debe renovar la instalación eléctrica, lo que significa cambiarlo todo. Por favor acompáñeme. Así lo hizo. La parte de la casa a la que se refería la dueña no tenía nada que ver con el resto. Era una construcción más antigua a la que se le había agregado la parte nueva.

-Si nos ponemos de acuerdo y como quiero que el trabajo se haga lo más rápido posible puede utilizar la habitación que le voy amostrar para que no tenga que viajar todos los días. Sé que vive bastante lejos.

Pocos días después Ángel presentó el presupuesto. En un todo de acuerdo quedó en comenzar los trabajos en cuánto Luisa, que así se llamaba la dueña de casa, se hubiera ido.

Con todos los elementos necesarios se instaló en la habitación que le habían asignado. Retirar los cables con forro de tela y en algunas partes bastante deteriorados le llevó bastante tiempo. Había que deshacer las antiguas cajas para suplantarlas con nuevas.

Al segundo día sintió que alguien lo observaba, realmente tuvo la sensación de que no estaba solo. Rápidamente se dio vuelta y de pie, sobre el descanso de una escalera que llevaba a la planta alta, una mujer vestida con algo parecido a un camisón, que tenía una gran mancha como de aceite al costado, parecía querer decirle algo. Como no quería problemas de que alguien hubiera entrado, comenzó a caminar hacia la intrusa, la que de inmediato se dio vuelta y desapareció en el segundo tramo de la escalera.

Ruidos extraños eran cosas de todos los días, muchas veces acompañados con susurros, como los de una brisa, pidiendo ayuda. Ya faltaba muy poco para finalizar su trabajo, cuando una noche sintió claramente que alguien caminaba por el salón principal. Se levantó y vio en ese lugar una mujer vestida con un camisón blanco dirigirse hacia la estufa, que estaba encendida, con una olla bastante grande y pesada sostenida con las dos manos. Al acercarse al fuego dio un traspié y cayó demasiado cerca, derramando su contenido. Era aceite o grasa pues ardió con gran violencia abrasando el cuerpo de la mujer que comenzó a revolcarse por el suelo tratando de apagar las llamas que la envolvían.
Ángel se arrojó sobre ella con una de las fundas que cubrían un sofá. No sintió el calor del fuego, pese a que éste lo envolvía también a él.

Se despertó con el sol alto, acostado en el suelo junto a la estufa. No había señales de que en algún momento hubiera estado encendida. Ni cenizas, ni rescoldos. ¡Nada!

Finalizó la obra ese día y nervioso se volvió a su casa. Poco después recibió una encomienda. Era una caja que tenía prolijamente empaquetado el saldo en efectivo por el trabajo realizado y en el fondo un sobre con una fotografía. que al pie tenía la leyenda:

“Intentaste salvarme, me liberaste. ¡Estoy en paz!

El rostro sonriente de Luisa se enfrentó a él.

 

 

TRISTEZAS DEL PASADO

(Antología Literaria Uruguaya. Biblioteca Universalis. Aula Magna. Rumania.)

 

Eran años violentos. Los enfrentamientos entre tropas del gobierno y rebeldes hacían que se diezmaran las guarniciones.

A la muerte en combate del Capitán Jacinto Britos, designaron al Capitán Honorio Villabarría, quien se presentó como nuevo oficial de la guarnición. Por suerte para él, se firmó la paz dando por terminada la contienda. Todos, civiles y militares esperaban que no se volviera a repetir algo que había causado tantas muertes inútiles.

El capitán fue vinculándose al ambiente social del pueblo. Muchas familias veían con agrado la relación de sus hijas con personal de graduación del ejército, pues creían que con ello se asegurarían un futuro cierto.

En las reuniones sociales que se organizaban en el Club Ganadero, se contactaban jóvenes de ambos sexos, los que, en muchos casos, terminaban en noviazgos y posterior matrimonio.

Angelita vio en el Capitán su Príncipe Azul y se entregó totalmente a él. Tal es así, que se aisló del ambiente social que siempre había integrado.

Elvira era para Angelita una hermana, una confidente. Con sus silencios y desapariciones, sabiendo que ella no era así, intuyó que algo le estaba sucediendo.

-Angelita, ¡algo te ocurre y quiero saber qué es! Como sé que no es normal la tristeza que te ha invadido, quisiera que confiaras en mí, como siempre lo has hecho, para poder ayudarte.

Fue en ese momento que se desahogó con su amiga. Angustiada le contó que había quedado embarazada del Capitán y que éste la había engañado. En un principio le había prometido matrimonio. -¡Llegó a decirme que no iba a arruinar su familia constituida en la capital! ¡Qué debía deshacerme del niño!

Poco después su familia vendió la casa y se fueron del pueblo. Nunca supieron a dónde. Siempre se creyó que Angelita había partido con la misma.

Todos los viernes Elvira se reunía con sus primas Adolfa, Matilde y Josefa a quienes les leía la novela por entregas “Un asunto doloroso”. Ese día tocaba el último capítulo. Cuando concluyó, Adolfa comentó que esa historia no era del todo desconocida. Para salir de dudas se dirigieron a la casa donde sabían había vivido alguien con el mismo nombre del personaje de la novela. Cuando llegaron y llamaron a la puerta una señora mayor las atendió.

-Queremos saber si Angelita Caballero vive aquí. -

Hace cerca de treinta años adquirimos esta casa. Supimos sí, que Angelita, por la que ustedes preguntan, era la hija de los dueños. Por lo que se comentaba en aquellos años, a raíz de gravísimos problemas que no pudo superar, tomó la determinación de suicidarse. Se ahorcó en la habitación de la plancha. El ama de llaves encontró el cuerpo. La familia enloqueció, máxime, cuando nunca supieron qué le había sucedido para tomar tal determinación.

Las tres volvieron rápidamente a su casa. Pensaron que Elvira las estaría esperando, pero no fue así, se había marchado. Un leve aroma a incienso las envolvió tenuemente. Los capítulos de la novela se encontraban prolijamente apilados en la mesita de la sala.

Cuando los tomaron, con asombro y mucho miedo, observaron que las hojas estaban completamente en blanco.

 

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Fernando Silva

Nació en Salto, Uruguay, estudió en el Colegio Sagrada Familia y en el IPOLL (Instituto Politécnico Osimani y Llerena. Concursó y obtuvo su puesto en el BROU (Bco. de la Rpca. Oriental del Uruguay) donde realizó su carrera de la que se jubiló hace unos años.
Ha realizado Talleres con el escritor y Director de la Editorial Botella al Mar, Uruguay- 2013; con el multipremiado escritor uruguayo Rafael Courtoise - 2014 y 2015; con el Prof. Nelson Guerra, premiado escritor y creador del estilo: GUAROJ y miembro de la Directiva de AEDI, Uruguay (Asociación Escritores del Interior) -
2016 Ha publicado “Los Pasos y sus Ecos (cuentos, 2013) Integra las Antologías: Letras Americanas, Volumen II (2013) y Letras Americanas Volumen III (2014) Ha participado con cuentos en la Revista Ámsterdam Sur.
Formó parte desde el 2009 a la fecha, en los Encuentros Internacionales de las Dos Orillas, evento anual que se realiza en Punta del Este y en el 1er., 2do. y 3er. Congreso de Literatura que se realizan junto al Encuentro. Ha sido integrante de varias Mesas de Lectura en ésos y otros eventos como los Programas de Verano “Soltando Amarras” en Punta del Este y en la Feria del Libro de Maldonado donde presentara su libro.
Su cuento: “El sustituto” obtuvo la Primera Mención en el Concurso de Relatos cortos de AUDE (Asociación Uruguaya de Escritores) diciembre, 2014. Su cuento: “El alambrador” obtuvo Mención de Honor en el ·9º Concurso “Dr. Alberto Manini Ríos” AEDI (Asociación de Escritores del Interior) Uruguay, 2016.
Participación con dos cuentos en la Antología Literaria Rumano – Uruguaya, editada en Rumania y presentada en Uruguay por la Embajada de la República de Rumania. Edición bilingüe - 2017.
Obtuvo el Premio Estrella del Sur 2018 y el Premio Victoria 2018.