Viaje hacia mi casa

Jorge Menoni

 

El próximo miércoles invernal tengo una cita impostergable en mi casa.
Cuando la mañana temprana comience a alejar las sombras de la vigilia, el sueño ya olvidado dará paso al primer contacto con el mundo real, el olor familiar de una taza de café.

Como siempre, cumpliré los rituales cotidianos, miraré la luz amarillenta que se cuela por las persianas, constataré que el mundo sigue afuera, esperando pasivo. Me levantaré despacio, arreglaré un poco el desorden físico que dejan los objetos animados cuando terminamos la jornada vital y luego esperaré a mis amigos.

Los imagino madrugando, obligación no siempre grata, arropándose en demasía para afrontar la baja temperatura callejera. Los amantes del frio, lo harán más animosos y los del calor deberán batallar contra el castigo martirizante que inventó un diablo travieso con un pasadito sentido del humor.

Antes de que lleguen me dispongo a buscar entre mis papeles el manuscrito de la opera que años atrás había compuesto para ellos para corregir algunos descuidos antes de entregarsela.

Luego de un rato de búsqueda observo que mi extensa biblioteca comienza a tenderme trampas, los libros confunden los títulos y se desplazan como figuras animadas intercambiando lugares entre ellos.

Me remito al uso del orden alfabético, sistema infalible de búsqueda pero las letras, pequeños duendes animados se juntan todas en una sola palabra y en un solo libro.

Quedo desalentado y falto de entendimiento frente al orden riguroso del mundo que al parecer no es como lo creemos. Me siento a pensar el momento cuando noto que las paredes que sostienen la biblioteca comienzan a confundirse con los parques y las plazas que circundan mi casa.

El exterior se cuela por mis ventanas y termino sentado ya no frente a mi biblioteca sino al costado de la ruidosa parada del tren. Constato con asombro que me quedan 10 minutos para llegar a la cita conmigo mismo y que mis amigos ya estarán en camino.

Como podré contarles que no solo he perdido el manuscrito sino que ya no sé dónde queda mí casa ni en que estación de tren me encuentro y más aún, el frio ya perturba mi cuerpo.

Sin saber por qué comienzo a correr sin rumbo como queriéndole ganar al tiempo sus minutos, para retrasar el encuentro a la espera de que el sueño venga a mi ayuda y me devuelva a la anterior realidad.

Pero nada de esto sucede, mis amigos ya estarán en casa y agotados por el frio se alejarán desconcertados.
Resignado y dispuesto a aceptar esta leve pérdida de la cordura, un ruido suave y acompasado me llega desde otro mundo donde las cosas y los hechos obedecen a la voluntad de quien los piensa.

Un sonido real que se transforma en un olor, luego en un sabor que invade mi cuerpo y posibilita que completamente despierto pegue un salto en mi cama y apresurado corra a apagar la máquina de café recién comprada para la ocación, que ya comienza a desbordar y solo faltan escasos minutos para que lleguen mis amigos

 

14Menoni

Jorge Menoni

Escritor uruguayo residente en Amsterdam desde 1978. Estudió Literatura en La Universidad de Amsterdam. Ha escrito dos libros de poesía publicados en Holanda: El tiempo del Origen y Epilogo de sueño.

Su primera novela El cementerio universal de los vivos se publicó en 1986.

Su segunda novela El cazador de eternidades obtuvo el tercer premio en el concurso Nacional de Literatura de Uruguay, 2002.

Escribió el libro de cuentos El primer día del mundo publicado en la Colección Escritores Salteños, Uruguay 2010.
Escribió la Opera Latinoamericana Carlitos Sur que se representó en Holanda.

Ha escrito cuatro guiones para TV: El regreso de Van Gogh a Arles, Dalí, el misterio sin fin, Paul Bowles, retrato de un escritor y Onetti, el pozo del alma.

Escribió y dirigió la película; Un lugar llamado ilusión y los cortometrajes ;El duende del Rio Amstel , El pueblo de la última carta, Una misteriosa ventana, El pozo del alma, Genesis , Un quijote Moderno y Prohibído

Director de la Revista Amsterdam Sur

I n d i c e