Miroslav Scheuba

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Monsigneur Miroslav by Lolo Amengual

SONETO A LA PAPA

Culinaria solanácea acomodaticia,

rizomática tubércula catatónica,

planetaria concluyente cosmogónica,

casualidad asiduamente alimenticia.

Almidonada zaparrastrosa contundente,

sustanciosa abnegadamente política,

axiomática dietética paleolítica,

gastronómica diplomática influyente.

Arqueológica bienquerida cortesana,

agropecuaria humanística monumental,

pedagógica condecorada soberana.

 Indígena, absolutamente abdominal,

peripatética posmoderna franciscana;

se ruega cocinarla con pimienta y poca sal.

LA OTRA A LA CEBOLLA

Flor muda, fruta locuaz

que hizo llorar a los dos Nerudas.

Hablada y cortada, prima del ajo,

novia mediterránea del perejil

aclamada por oscuras sartenes.

Compañera luminosa de los guisos,

filósofa, médica y docente,

jugadora, sindical, laboriosa,

lunar, sencilla, gitana y económica.

Como testigo de la tierra, es la primera

que se acerca a la boda de la almeja con el calamar.

Amiga francesa del invierno,

vecina italiana del verano,

amor galaico de los pobres,

odio sajón de los perros,

olor de las comadres

y perfume fatal de los cocineros.

EL CAFÉ, ESE REDENTOR

De los ardientes cafetales llega la sombra en grano

y toda la noche dura la molienda. Noche molida y disuelta

en la canción lejana y atroz del zambo Manuel en su amargura.

La sombra molida sale perfumada y viaja. Es Lázarus,

es Korinthos. Es bebida por el primer Justiniano ante sus códices,

ve pasar los siglos, el cansancio y la sed. Aparece en Viena

en una posada. Entre un doctor y una ventana, es Sigmund.

Mucho antes, había bajado de las naves en la misteriosa Venecia

y en el “Florian”, pasó por lengua germana. Fue Faust, fue Goethe.

Se deshizo en la voz de D’Annunzio que pensaba en Tamara,

se disolvió en el agua como Lord Byron. Fue las palabras

en boca de Marcel que hablaba del amor de Swann.

Aquí en América, es Colombia y el que lo pide es Alvarus

mientras corrige las páginas de Maqrol, el Gaviero. Es la isla

de la República Dominicana, es Juan Luis Guerra implorando

“que llueva café en el campo”. Es también el Existencialismo

que fue rezado y que aún perdura cerca de la iglesia

de Saint Germain-des-Près. Más al Sur, en Asunción, es “El Bolsi”

y a la vera del río de la Plata, resucita cada mañana;

es “El Brasilero”, es “La Humedad”, es “El Último …

VINO, DAME LA MANO, VENÍ POR AQUÍ

La lluvia corre, el vino observa.

El vino llama, la mesa espera.

El poeta sufre, el vino acompaña.

El vino saluda, el vaso sonríe.

duerme, el vino sueña.

El vino habla, la sombra olvida.

El agua perdona, el vino recompensa.

El vino escribe, el libro recuerda.

El violín llora, el vino vuela.

El vino entra, la música sale.

El sabio interroga, el vino piensa.

AUTOBOMBO ANACRÓNICO

La parole poétique de Monsigneur Miroslav Scheuba, délicieuse, coule et tente un renouveau en forme de nutriment pour l’esprit. Ce bon ami, vieil amateur de gastronomie et littérature est un poète qui besogne la cuisine et les mots en sachant que les couleurs et les parfums font sens par leur pouvoir de suggestion. Il avance sans compter ses pas vers les goûts de la vie, ce mystère qui peut être peint sur un tableau, paradoxalement appelé «nature morte» ; cette énigme que certaines âmes peuvent transmettre dans une symphonie ; cet effet de fascination qu’on peut également prévoir à table en hors-d’œuvre, plat de résistance ou dessert. Monsigneur Miroslav écrit sous l’inspiration d'un enchantement en l'honneur d'un autel sacré pour que nous, les gourmand invités, ne laissions rien passer sans le lire ou le savourer.

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Alexander B. Laurent Grimod de La Reynière

Paris,  1758 – Villiers-sur-Orge, 1837

 

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Miroslav Scheuba

Es un perfecto desconocido o casi. Sin embargo, como poeta, cocinó arroz con leche para Borges; y como cocinero, redactó, con conocimiento de causa, el breve y fugaz ensayo “Victoria Ocampo, SUR, paredón y después”. Scheuba, en el lustro 2000-2005, con ambos oficios, trabajó para una elegante y mafiosa librería anticuaria de Buenos Aires con sucursal en Verona: Imago Mundi. En ella, pudo organizar las cenas literarias más espléndidas de las que se tiene noticia en la calle Arroyo al 900. Sin ir más lejos, Ivonne Bordelois por esos años, le escribió el prólogo a Los poemas del cocinero, libro que corregido y aumentado, tomó el título de Poemas y Manjares (odas, poemas y recetas). Otras publicaciones de Miroslav son Las otras llaves del reino, (microficciones como estas: ELLA  -Regresó por unos instantes al Paraíso porque se había olvidado de guardar algo en su cartera: un perfume de manzanas rojas.-)  y Abecedario Fabuloso (fábulas y microfábulas).