El profesor y su huella:
Paulo Freire, cada día más actual
Pablo Garrido

El profesor y su huella, Paulo Freire, cada día más actual. Los años 60 en Sudamérica fueron años de cambios. No sólo la influencia de la revolución cubana, sino también la influencia de pensadores prácticos capaces de en pocas palabras desatar ideas generadoras de esos cambios. A Chile después del golpe militar en Brasil llegaron exiliados, varios de estos pensadores prácticos. Entre ellos el profesor Paulo Freire. Sin pérdida de tiempo se incorporó al programa de educación de adultos del Instituto de capacitación e investigación en Reforma Agraria (ICIRA) dependiente de la ONU. El gobierno de la época, llamado de la revolución en libertad que impulsaba una Reforma Agraria, lo hizo partícipe de sus programas para la alfabetización campesina.
El profesor dictó varios cursos a profesores y técnicos del campo, quienes en su inmensa mayoría nos vimos remecidos con las ideas planteadas por el profesor brasileño para enseñar a leer y escribir a los campesinos.
En aquellos tiempos trabajaba en la Reforma Agraria en un Asentamiento campesino y como tal me incorporé a la campaña nacional de alfabetización campesina y asistí a uno de los cursos que daba el profesor Paulo Freire para quienes íbamos a capacitar y enseñar a leer y escribir a los campesinos en principio beneficiados por la Reforma y luego a todos aquellos que se quisieran incorporar.
El profesor Freire hablaba bien el castellano y nos entendíamos perfectamente. Sus clases parecían más una conversación entre amigos, eran diferentes, pués se hablaba de todo, de nuestras cosas, de sus experiencias, de la sociedad injusta, de Brasil, de Perú, de Chile, de los jóvenes, de la pobreza, en fin. Y al entrar en la materia de la alfabetización entendíamos que primero los campesinos deben romper su pasividad y silencio, deben reconocer su capacidad crítica para relacionarse con la sociedad y así liberarse de sus ataduras, de esta manera podrán ser parte decisiva del cambio de la sociedad injusta.¿Cómo hacerlo? Esa era la tarea para los asistentes a sus cursos.
Se formaron equipos de trabajo orientados por él. Había que intentar primero, tener claro cuál es la realidad campesina en el país, la estructura agraria y social, las relaciones de producción, las relaciones humanas, en fin, todo. Después encontrar una técnica fácil y atractiva que combine el análisis de la realidad con los primeros pasos para leer y escribir. Y así entre todos logramos, de acuerdo, a su método sicosocial, preparar un plan de alfabetización práctico que combinaba el análisis de la realidad campesina con las primeras palabras, sílabas y letras. Y regresamos a nuestros lugares de trabajo a poner en práctica dicho método que también enseñaba a leer y escribir.
Tímidamente algunos campesinos comenzaron a inscribirse en los cursos que se dictarían por las noches. Llegaban con un cuaderno y un lápiz y una goma de borrar escondidos bajos sus ponchos. El alfabetizador o alfabetizadora estrechaba las manos de cada uno infundiendo tranquilidad y camaradería. En esos tiempos se fumaba en cualquier lugar. La sala donde se realizaban los cursos casi irrespirables, los campesinos nerviosos fumaban mucho.
Los primeros pasos:
Se desplegaba un telón con un dibujo muy especial. “Trabajadores en un potrero recogiendo trigo y echándolo en un camión. Al costado un señor a caballo observando todo, a lo lejos una linda casa y a otro costado una humilde casa”.
¿Qué ven en este cuadro?, preguntaba el alfabetizador.
Y comenzaban de a poco las respuestas: -trabajadores echando el trigo cegado al camión. –el capataz de a caballo dirigiendo todo. –La casa del patrón. –La casa de un inquilino.
Preguntas del alfabetizador ¿por qué el capataz de a caballo? ¿son iguales las casa del patrón y la del inquilino? ¿de quién es el trigo? ¿quién lo sembró y quién lo cosechó? ´¿qué harán con el trigo? ¿quién recibe el dinero de la venta? ¿dónde está el patrón?. Luego se va produciendo una verdadera conversación, todos saben las respuestas. Finalmente la pregunta final ¿qué representa este cuadro?...UNA COSECHA dicen todos. Bien, de acuerdo, es una cosecha responde el alfabetizador. Ahora pasaremos a otro cuadro:
Y se despliega un cuadro igual al anterior, pero en el centro y arriba la palabra “COSECHA” en grande. El alfabetizador vuelve a preguntar: ¿qué ven aquí?, los campesinos responden: lo mismo poh… y algo escrito arriba. Aquí arriba dice COSECHA explica el alfabetizador y se produce una sorpresa en los campesinos… ya saben, como se escribe COSECHA. Pueden relacionar una cosecha con una palabra…y antes también les había quedado clarísimo lo que para ellos ha sido una cosecha toda la vida… la riqueza de la cosecha es del patrón, aunque ellos han trabajado duro para que exista, ¿ por qué, es justo?.
Se despliega otro cuadro en donde sólo hay escrita una palabra, la palabra COSECHA y el alfabetizador pregunta, ¿qué ven aquí?.... ¡COSECHA! dicen todos.
Bueno después otro cuadro con la palabra cosecha descodificada: co se cha….y así en un tiempo no muy largo se produce una transformación maravillosa en los campesinos que tímidamente se acercaban a aprender a leer y escribir. Aprendieron mucho más, aprendieron que la educación es capaz de liberarlos y que con educación puede nacer una verdadera sociedad humana en donde ningún hombre o mujer viva al margen de ella…. Es la huella que Paulo Freire dejó por donde pasaba.Para la revista Ámsterdam Sur. 10/01/2016
Pablo Garrido
Chileno, escritor residente en Holanda, autor de libros sobre informática para la educación ("Aprender computación y no perecer en el intento", "Aprender haciendo") una novela "El dolor de ya no ser" que ha sido traducida al alemán; un libro de poemas: "Caminemos, tal vez nos veremos después"; un libro sobre la Reforma Agraria chilena: "Un remezón a la memoria"; un ensayo "Un arlequín en busca de rumbo con todo sus rombos". Es autor de diversos prólogos a libros de autores argentinos. Fue director y editorialista de la revista de arte y cultura "Arlequín". Fundador del Centro de artes y letras "San Telmo". Recibió la medalla al mérito cultural en la Feria del Libro de Buenos Aires por la embajada de Chile en Argentina. Con sus Ediciones "Arlequín de San Telmo" ha editado a más de 50 autores latinoamericanos. Actualmente colaborador de Círculo Dilecto en Holanda y refundador de Ediciones "Arlequín de San Telmo" con lo que ha editado varios libros de autores aregentinos, mexicano e italiano y una antología con varios autores residentes en Holanda. Actualmente trabaja en su segunda novela "Llegó sin permiso" a publicarse próximamente. Es voluntario en Casa Migrante de Amsterdam donde da clases de "Alfabetización informática". Tiene un sitio en la web llamado: http://www.culturayvideo.com
Su email de contacto es pablogarridob@gmail.com
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