Alejandra SzirInédito
redondo contra trac trac rama celeste tapado cielo árbol gris rallas sobre esfera brillante plano transforma en largo azul lluvias concavizan P forma una p mueve la cabeza aparente sin motivo doblo sobre panza para escribir papel apoya redondo pájaro p vísceras columna esfera abajo abanico plásticos pareja
Del libro SueciaBuenos Aires, 2006. Libros de Tierra Firme
Una naranja me espera a la tarde y yo decidiré cómo tratarla una naranja descansando junto al pan que se descongela cree que es única y lo es porque al pan no tengo derecho esa naranja no tiene marca y me veo obligada a inventarle alguna esa naranja solitaria y quieta la voy a comer sola sin té, sin pencees, pelarla con la mano sin wiener punten, ni appelino's ni gevulde speculaas (no es la época), ni gevulde koeken ¡pobre naranja rodeada de nombres extraños!
Flores
Si tus ojos eran los míos entonces estás. Otra vez estás. No puedo ser irónica. Construyo los días sin tu ayuda. Sólo mis decisiones abruptas te caerían simpáticas y me lastima la risa. Pero no. Lo que nos une es nuestra independencia. Aunque eso no tiene importancia. Fueron tus decisiones y ahora las mías. Vemos casi con los mismos ojos. Yo veo un cuervo sobre un techo negro. Negro sobre negro sobre las nubes grises-blancas. Y vos ves el parque, la casa, nos ves. Los días, lo que yo no tengo.
de Cuaderno, 2009, Buenos Aires, Ediciones del Dock
Cuaderno Perlita 96 hojas útiles
Nadie puede medir el dolor. Lo sé y sin embargo uso el cuaderno para eso. Buscaba un libro en una librería de viejo. Me parecía que si estaban dedicados tenían un valor especial. Sería extraño creer que retomaré a partir de un nombre y una fecha en una edición muy gastadita en francés de algún clásico escolar obligatorio. Cae una foto de niñas alrededor de una vaca. Poemas en prosa de Turgueniev y yo lo compro, con la foto adentro, vuelta a esconder, como si al librero le importara. No significa nada para mí. Aún así es mi espejismo. Fracciones de historias yo quiero que me toquen me traen devuelta a la nuestra. Este cuaderno es curioso porque parece que lo hubiera inventado yo. La primera vez que lo vi pensé que era algo puesto para mí que vos no lo habías escrito. Muchas veces pensé que las cosas me las había inventado.
Franz se desnuda ante fantasmas Frederich no se muere y se hace fuerte Emilie parting. Las citas de siempre pero son tu voz ahora. Pomposo decirlo igual lo digo: premonitoria. Inundan no puedo quiero y me asusta. Contradicciones entre hay que amar para desear el bien de la humanidad y el sofocamiento de cualquier emoción por la pasión revolucionaria. Pratolini y Bakunin. El momento en que el hombre sabe para siempre quién es. El día en que nadie recuerda el nombre y lo que dicen las letras, nada importa ya. Y casi al final la ciudad mojada, calles desiertas, ventanas separadas solo y vivo sobre las relucientes vías de High Street. Justamente ese sabor tenemos en común con Dylan Thomas.
Palabras que te traen hacia mí charlamos no me importa lo que cites yo sé que no es verdad el revolucionario también quiere a su familia. Nizan, Lao-Tse las emociones igual nos rodeaban. Aunque la tierra todo lo sepulte no elegiste la inmortalidad. Wilde, San Martín, Howard Fast nos traen a un diálogo que no se nos permitió. "Estaré en la ira de los hombres, en la risa de los niños hambrientos cuando reciben un mendrugo de pan." Yo sé que estás. "Dondequiera que un polizonte golpee a un pobre diablo, allí estaré yo." "Se muere por la libertad de todas formas lo que hay que hacer es vivir y no morir." Nunca estuve más segura. No hay países extranjeros.
Alejandra Szir
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