La mancha de los adioses

Isabel Steinberg




El eje de la novela está en esta frase: “Recobrar: recordar la memoria.” Ese recobrar ligado al recordar una memoria. Si lo seguí bien, lo conmovedor acá es esa decisión de recordar la memoria, y lo que eso abre a lo desconocido.

Me identifico con esta frase:

“Negra, pobre y judía. Mala yunta. Mala yunta para tener seis años y vivir en un conventillo de Buenos Aires en el año mil novecientos veintiocho.”

Conventillo es una cosmovisión de infinitos.

Y esta otra es otro eje:

“Veo la diferencia entre pasado, presente y futuro. Pero no veo separación entre estos tres aspectos del tiempo uno. Pasado, presente y futuro son cosas que existen desde el punto de vista de algún observador individualizado y ubicado precariamente en algún punto específico (pero no inmóvil) de la línea de tiempo cronológico.

Por lo tanto el llamado “pasado” está siempre presente, así como el llamado “futuro”. Y el pasado está vivo. Su influencia es dinámica. Y nos trae nuevas lecciones a cada día –si tenemos ojos para ver.”

En el relato todo está en los ojos, en la visión del ojo que escucha como diría Claudel y en esa decisión de abrir la visión (voy a poner a un santurrón como Claudel con el zeide Zuny, finalmente se hubieran llevado bien: Claudel decía el ojo escucha).

Hugo Savino





Isabel Steinberg
Nació en Buenos Aires en 1954. Es psicoanalista. Varios de sus artículos y reseñas han aparecido en diversos medios de su país. Se desempeñó como docente en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de Rosario y en el ámbito de los Derechos Humanos. Su libro "El malestar y la traición" (Paradiso,1995) reúne una serie de ensayos en torno a la relación entre la teoría psicoanalítica, la filosofía y el arte. Sus últimos escritos se interesan por los vínculos entre la política y la subjetividad de la época.