La mística en la obra de
Marosa di Giorgio

Jorge Menoni




- Alguna vez nos asombrará el que los vivos no nos vean,
igual que hoy nos extraña el que no llegue a nosotros ningún
destello del mundo de los espíritus. Quizás esas dos realidades
se hallan muy próximas la una de la otra pero tienen una óptica
diferente, como la cara opaca y la cara brillante del azogue en un espejo.-
Ernst Jünger


Detengámonos aquí un segundo y todo el tiempo del mundo pues en la frase anterior, a modo de comparación, se encuentra ya prefigurado todo el credo metafísico de Marosa, toda su literatura,   … Lo que cuento es de este mundo y no es de este mundo, son sus propias palabras que lo confirman.
De esta manera la poesía de Marosa atraviesa las fronteras de lo humano para dialogar con ángeles, naturaleza o divinidad. Nos habla de dos realidades que luchan entre sí, la parte visible y la parte invisible del mundo con una certera dualidad de terrible belleza.

Ese algo más que ya no vemos pero presentimos es el deseo predominante en la concepción del mundo de Marosa, la transparencia de la mirada intimista volcada sobre hechos perdidos y extinguidos, en donde siempre quedan vestigios de que el hecho existió a través de, aunque sea un detalle, un olor o un color.
Miradas que se van plegando a esa vana costumbre que tenemos los humanos de recuperar lo irrecuperable, o por lo menos recuperar lo inefable, en la eternidad de los hechos cotidianos.


Las almas tenían miedo y espiaban por un resquicio, la rota eternidad.


¿Porqué Marosa se acerca a la mística?. Básicamente la mística no significa otra cosa más que la comprensión de los misterios, de lo que está oculto, algo que no solo se anhela sino que se padece .
La aproximación entre lo humano y lo divino puede darse en la abolición momentánea del tiempo y ocurrir la fusión con la totalidad. Pero si bien esto también es una creencia religiosa o experiencia mística, pienso que puede experimentarla cualquier ser, aun sin tener noción de cierta religiosidad, esta fusión es algo que puede recibirse sin merecerlo y aun sin Dios.

Una única y personal visión metafísica es lo que mayoritariamente ha creado y recreado Marosa en toda su obra. Marosa sabe que nunca podrá expresar con palabras la totalidad, pues eso ya aconteció para la eternidad, es la creación en sí, el Dios en sí. Por lo tanto la única posibilidad de repetir esta originalidad es mediante la creación de un mundo literario paralelo, un mundo simbólico, un adelanto fugaz de lo fantástico o visionario, que percibió a través de la profundización de la naturaleza en donde descubre su concepción metafísica intimista para refundar un universo ficcional.

Nos muestra, como una ráfaga de nostalgia, lo que se perdió, la desaparición de esa frontera imaginaria entre literatura y ser, la unidad entre Marosa poeta y el mundo de sus propias vivencias, la añoranza de lo experimentado que no se vuelve a suceder y sin embargo la tienta cómo una imposible esperanza de unidad.

Después, todas las cosas parecieron cambiar de lugar, tomé a mi comarca.
Pero, “las antonias”azules prosiguen su terrible proceso en el pasado y en lo que vendrá.


En ese doble juego entre lo inmensurable, entrevisto por Marosa y la lógica cotidiana, que obedece a las leyes de la realidad presente ,crea su propia literatura. Nunca se engañó a sí misma, cuando alguien recibe ese atisbo de claridad, no queda opción de engaño y Marosa siempre especuló con estas variaciones que componen lo visible y lo oculto de la vida , una dualidad heredada en carne propia, una lucha intima entre vida activa y vida contemplativa, que intentó descifrar hasta el fin, aun sabiendo de su imposibilidad.

Yo soy de aquel tiempo/ los años dulces de la Magia.

Es la clara y sincera confesión de una mujer que ha decidido mostrar su interioridad, su intimidad secreta por medio de reminiscencias, anécdotas, la esencia de las cosas, es decir mostrar por medio de la pasión que es lo verdaderamente importante y no del estilo o la perfección de la técnica.
El amor y el erotismo en la obra de Marosa y especialmente el amor por la naturaleza , están bien presentes, pero pienso que van más allá del mero sentido del sexo o del placer, sino que, dotan a la naturaleza de un sentido del misterio o de lo sobrenatural, trasciende el placer y lo proyecta hacia lo sagrado, hacia la poesía del corazón, pues la poesía de Marosa busca las posibles huellas de la divinidad en el mundo real a través del lenguaje como herramienta estética.

Mi erotismo sucede en otras zonas que no son la realidad.

De esta manera sus poemas se realizan a través del espíritu que la habita. Una inmensa puerta abierta a todo lo posible, sin clasificaciones, una total ruptura de estereotipos, encerrada si, en su interior, en un universo eminentemente sensual, dejando el trabajo a su alma que mira y se deja mirar.
Un acto revelado que unifica la percepción con la belleza, mediante momentos de extrema sensualidad ilimitada, eterna y sentida en carne propia, desde donde proviene la síntesis de los misterios últimos y profundos que se mimetizan en nuestro mundo real.

Las almas tenían miedo y espiaban por un resquicio, la rota eternidad.

Su poesía transcurre en el tiempo del origen, un tiempo fuera del tiempo que confunde y reúne pasado presente y futuro en una sola metáfora.
En esto coincide con Jorge Luis Borges, en la fugacidad de la vida, la importancia del instante y la inexistencia del olvido. Quizás ambos inventan un mundo literario real pero de acuerdo a leyes divinas que nunca acabamos de percibir. O como escribe Schopenhauer: "Nadie ha vivido en el pasado, nadie vivirá en el futuro; el presente es la forma de toda vida, es una posesión que ningún mal puede arrebatarle."

La aproximación entre lo humano y lo divino en la poesía de Marosa puede darse en la abolición momentánea del tiempo y ocurrir la fusión con la totalidad que la aproxima a Dios y al mundo real al mismo tiempo, en un sin tiempo instantáneo y simultáneo.
Si tomamos en cuenta las palabras de María Sambrano: "Sólo en leves instantes de la aurora se puede gozar de esta identidad de ser y realidad, que puede ser terrible y salvadora; que puede engendrar la huida de de la realidad, sin llegar por ello a la identidad del ser. Será cosa del paraíso y del Infierno, entre los cuales el hombre, en un Purgatorio indecible, ha de vivir” nos aproximaríamos, entonces,  a  una de las vías posibles para acercar ese grano de arena que es el mundo de Marosa  a un momento que son todos los momentos del tiempo y viceversa.

Pienso que también hay una feliz coincidencia con Guillermo pues la poesía de Marosa está poblada de animismo. El Animismo es una Doctrina filosófica que considera al alma como principio de acción vital, independiente de la materia. Hudson se refiere al animismo como fenómeno físico que consiste en adjudicar alma o espíritu a todos los seres. -Por animismo no quiero significar la teoría de un alma existente en la naturaleza, sino la tendencia, impulso o instinto, en el que se originan los mitos, para animar todas las cosas; la proyección de nosotros mismos dentro de la naturaleza, la facultad y comprensión de una inteligencia como la nuestra, pero más poderosa, en todas las cosas visible.

Para Marosa, el animismo reflejado en su poesía es un sentimiento que la acompaña en el tiempo como una actitud frente a la vida. La literatura de Marosa nos aproxima a lo sagrado, pues es el receptáculo de una fuga que se escapó de alguna fisura de lo sagrado. Es en definitiva el refugio sagrado entre el sueño y la pesadilla de cuyo interior avistamos el signo visible del alma.

Si por momentos nos tentase la idea de explicar, o encontrar alguna clave en Marosa que permita acceder a ese mundo gnóstico, desgarrado y bello que construyó, ese mundo personal a caballo entre el corazón y la tristeza, el dolor y la creación, la vida y la muerte, la naturaleza y la divinidad, solo podría decir que si la literatura de Marosa di Giorgio existe, es porque ella la ha percibido de la certeza de que los designios del universo son un acto místico.

Ese mundo imperfecto y carente de inocencia que describe, no es mas que la azada de un Dios indescifrable que escarba y tienta nuestra conciencia, aterrada y maravillada a la vez, que nos enfrenta a nosotros mismos.

… Dios vuela un poco./A veces cruza volando la noche/como si fuera a irse

No es mi intención hacer un extenso análisis de su obra, ni anteponer el concepto de Marosa como místico al de Marosa gnóstico, mítico o filosófico o al Marosa poeta, ninguno es excluyente, ella es un poco de todo esto. Solamente quiero recalcar que Marosa di Giorgio introduce la metafísica en la literatura uruguaya, pues su poética desborda y supera su propio realismo naturalista o nativista o el color local profetizando visionariamente los arduos mundos del espíritu para cumplir ella misma la profética sentencia de Tolstoy: “...para ser universal hay primero que pintar nuestra propia aldea, y para pintar nuestra propia aldea debemos ser universal...

Tan solo este fragmento refleja su más sensible universalidad.
"No puedo decir en qué país nací/ No recuerdo ningún dato, no queda ningún documento/ Pero, sé que el amor brillaba y no se podía morir."

Su aldea, su Salto Oriental, fue siempre el centro del mundo, pues en él encontró en estado puro todos los elementos míticos, místicos  y la realidad más descarnada con los que fue creando su propia identidad , dotándola de una riqueza rica en ficciones, abrazando la dicha y el dolor contenidas en su poesía como presencias cercanas.
Recreo un poema de su autoría donde podrán sumergirse en el inagotable universo de una escritora esencialmente contemplativa que nos guiará por los arduos mundos del espíritu.



Yendo por aquel campo

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas cosas.
Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en verdad eran la producción
de seres tristes, casi inmóviles, que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas, porque el viento y la lluvia
las lavaban y abrillantaban, cada vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos, esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente descifrable.
Al entre leerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.

(De Clavel y tenebrario, 1979)


Es verdad, Marosa está donde ella mismo lo dijo.



Dedicado a La Asociación Marosa di Giorgio
por su importante y necesaria labor de difusión de su obra.




Jorge Menoni
Escritor uruguayo residente en Amsterdam desde 1978. Estudió Literatura en La Universidad de Amsterdam.
Ha escrito dos libros de poesía publicados en Holanda: El tiempo del Origen y Epílogo de sueño.
Su primera novela El cementerio universal de los vivos se publicó en 1986.
Su segunda novela Elcazador de eternidades obtuvo el tercer premio en el concurso Nacional de Literatura de Uruguay, 2002.
Escribió el libro de cuentos El primer día del mundo publicado en la Colección Escritores Salteños, 2010.
Ha escrito cuatro guiones para TV: El regreso de Van Gogh a Arles;  Dalí, el misterio sin fin; Paul Bowles, retrato de un escritor y Onetti, el pozo del alma.
Escribió también la Opera Tango Carlitos Sur