PATIO
Leonardo Garet
Por Ricardo Pallares
Es un libro de poesía que reúne dos series tituladas Patio y Viajes, que se alternan así como el color natural y verde oscuro de sus hojas, respectivamente.
El libro toma el nombre de la primera de sus secciones y de la primera de las poesías. Esta composición es la que cierra el libro anterior de LG, Celebrazione, de 2011, aunque en él apareció con otro título.
No obstante la particularidad descripta el verdadero antecedente –en nuestra opinión– estaría en el poema el vino de Salida de página, el libro de 2001, donde el tema y su potencial parecen exhibirse como asunto que verdaderamente concierne al poeta. Asimismo consideramos que explicaría porqué el sustantivo aparece solo en el título. Se trata de una entidad, está poblada, pero no es determinable ya que el patio, en sus rasgos arquitectónicos, empieza a pertenecer a un tiempo ido. No obstante, lo elegíaco no se adueña del sentido aunque lo infiltra.
El patio es un motivo en el que están cifradas algunas claves del hablante que son de probable pertenencia autoral. En efecto, patio refiere a un locus mítico-familiar que, como tal, es un espacio totalizador de donde en la contingencia lírica y vital surge la palabra poética y su necesidad. Dice en mínimas indicaciones, la última composición:
un patio que contenga la casa
la historia de borrosos abuelos
de tías y solteros amoríos
de primos en misterios
complicadores del presente.
Los viajes convocan itinerarios de vida y configuran la coordenada temporal que se sucede alternadamente en la expresión de lo espacial o del sitio de la referencia. Dice en el poema 5:
los días de sangre
los días de minucias pequeñas y necesarias
la arena movediza de aquellos días
no supieron que este mañana existiría
este valle donde un caballo
en lugar de todos los caballos
mastica gloria en el césped de la plaza
Patio y viajes tienen la bivalencia propia de lo espacio temporal ya que son una misma cosa o una simultaneidad, tal como afirma Arturo Ardao.
En el presente libro las dos dimensiones mencionadas son un continuo y un entretejido donde concurren la memoria e identidad y también el sentimiento de indefensión ante los desmoronamientos de la existencia. Por esta razón en el libro se produce una especie de desplazamiento hacia el asunto de la palabra en tanto que ella es un sucedáneo de la realidad que huye como un agua machadiana que quisiéramos atrapar con las manos. Dice en patio:
al fin me encontré con la palabra
patio
que acaso Nostradamus
me tenía destinada
clara luna y claro patio
En este sentido, el aire, dice en el poema coro,
ordena el presente / el que escribo y hablo / el de
los otros
marcando con una hoja
los años imaginados
El patio en esta poesía es un Aleph borgeano y los viajes son a la manera de un destino andariego que parece venir de algunas zonas de la obra de A. Machado con una parecida percepción del tiempo. Una y otra dimensión se convocan recíprocamente porque son transcurso o vivencia transcurrida. Sea como fuere, son tránsito.
De la manera que se comenta más arriba y en este escenario lírico el sujeto que enuncia, el hablante, es un sujeto complejo cuyo acontecer no es meramente lineal ni seguro (patio que no merezco).
En la poesía de LG el patio, por íntimo, es el opuesto de la vereda, de la calle y hasta de la azotea. Si es parte de lo recoleto y su centro lírico, es el escenario donde se instala lo subjetivo como en un simbólico país interior de la persona.
El patio es una contigüidad de la casa, es el lugar de la imaginación fundante que se explaya en la deriva de la escritura y que en ella se desborda y la excede hasta dar en una nueva realidad que se pone de pie en el lenguaje poético y en la poesía.