Tres nuevos relámpagosJan de Jager
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Cada vez que a Gutei Oshõ le preguntaban sobre la sabiduría, simplemente mostraba un dedo.
En cierta ocasión, un peregrino le peguntó a Eizo, el joven asistente de Gutei:
“Muchacho, ¿qué es lo que enseña tu maestro?”
El chico extendió un dedo.
Habiéndose enterado de esto, Gutei fue en busca del muchacho, lo apresó y le cortó un dedo con una navaja. Eizo se alejó corriendo, aullando de dolor. Entonces Gutei lo llamó, “Eizo, Eizo” y el chico se dio vuelta. Vio al maestro sentado en la puerta del templo, mostrándole un dedo y sonriendo.
Y entonces Eizo experimentó satori.
Mumonkan
Amor de morondanga
¿Qué amor es ese, el de los que nunca
se atrevieron a
Basta de mied
El final de la Guerra de Malvinas y el concomitante final de la dictadura militar, fue en la ciudad de Buenos Aires una época floreciente de pintadas y grafiti. No solamente las obvias pintadas electorales de los partidos políticos, sino, fenómeno nuevo, las pintadas humorísticas, poéticas y de crítica sociocultural.
En el barrio de Belgrano, por ejemplo, hacían de las suyas “Los 3√Vergara”, luego identificados como los hermanos Korol. Su inspiración era político-mediática, con joyas tales como
Si Evita viviera, Isabel sería soltera
Volveré y seré remeras. Che
o el tiernísimo:
Meteoro: el Enmascarado es tu hermano
También del barrio de Belgrano, recuerdo una pintada en la esquina de Mendoza y Moldes:
La paja en el ojo ajeno
Partido Onanista
En el barrio de Florida, abundaban las pintadas en las inmediaciones de “la iglesia de Melo”: unas muy minimalistas que simplemente señalaban en dirección a la iglesia
ª Dios ª
y otra, en la puerta misma de la iglesia:
La Biblia: Compre aquí el ejemplar autografiado
Yo, cuando podía, anotaba o fotografiaba los textos que más gracia me causaban o que me llamaban la atención. Un texto, también de Florida, al que siempre tuve la intención de sacarle una foto (pero me quedé con las ganas) estaba escrito en la esquina de Urquiza y Avellaneda o Quintana, y decía así, en aerosol negro:
BASTA DE MIED---_____
Era exactamente como si el que hizo la pintada hubiese tenido que salir rajando antes de terminar, por haberse visto descubierto. Debo aclarar que, por más “Retorno de la democracia” y “Destape” que reinara en Buenos Aires en esos tiempos, si la policía te agarraba enchastrando paredes, pasabas un mal rato. Particularmente si se trataba de la bonaerense.
Siempre me pregunté si la autorreferencia del texto fue producto fortuito de circunstancias reales, o si quien hizo la pintada fue en verdad semejantísimo maestro de la ironía y dejó registrado o representado un raje ficticio. Un miedo que se termina por miedo, o por falta de miedo, o que se termina antes de terminar.
Quizás leas estas líneas y me puedas aclarar esta duda.
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